domingo, 29 de abril de 2012

Y vuelvo a llegar a ciclos ya vividos, repeticiones funestas de un porvenir dulce amargo. Vuelvo a gritar ¡Denme de beber, que no tengo sed! ¡Y es que hay una inercia arraigada como un enjambre de púas entre los temblores de mis órganos (temblores que no han llegado a ser palpitaciones!), una inercia venenosa que vuelve mecánicos mis signos vitales. ¡Denme de beber, piden mis vísceras llenas de una sed quejumbrosa que ni siquiera sienten como tal! Sed es tan sólo una palabra que puede estar dotada de nada. Y es que la carne está hambrienta, una saliva seca en forma de polvo sale desde sus entrañas pidiendo por agua, pero lo peor es que no hay necesidad de agua! ¿Han de despertar nuevamente las alquimias de la esquizofrenia?

No hay comentarios:

Publicar un comentario