Tu silueta en descomposiciòn
pronto desaparecerà
pues nada quedarà
o quizà, tal vez, tan sòlo la costra del olvido.
La extinsiòn de nuestro sentir,
la desazòn de la ausencia,
la peste de tu muerte:
ya nada quedarà
sino tan sòlo la costra del olvido.
Cicatriz gandrenada,
herida supurada;
la carne no es màs que pobredumbre,
hostil reflejo del encuentro efìmero
de tu mano con la mìa
y de la pronta costra ulcerada
del infame olvido,
febril nada.
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