viernes, 20 de noviembre de 2009

Descomposición letárgica

Cinco de la mañana. "Estaba pensando en lo inusual de..." Estas palabras recurren a mi cabeza una y otra vez, pero jamás las consumo con algo verdaderamente inusual. De hecho quedan inconclusas. Ya no tengo nada qué expresar. Jamás termino mi bosquejo mental. Aspiro a la iluminación, pero jamás llego a concretar nada más que ideas sueltas y repetidas que comienzan a deformarse hasta desaparecer. Constantemente busco qué decir, cómo decirlo, cuándo decirlo y, sin embargo, no consigo traspasar los límites de mis quimeras. Sueño demasiado y doy a luz tan mezquinamente. Una artista que no crea. Un filósofo que no medita. Marioneta sin hilos que planea buscar pero no busca. Mi estancia terrenal no ha transcurrido más que en una simple divagación mental ¿Y de qué sirve si el hilo de los pensamientos es tan frágil? Imagino, me desvelo constantemente intentando dilucidar ideas reveladoras. Y a veces hasta llego a creer que por un breve intervalo lo logro ¡pero tan poco me dura este estado de claridad espiritual! Carpe diem. A veces creo tener la verdad, poseedora irrevocable de arcanos indescifrables ¡pero qué fragilidad! Luego todo parece haberse extinguido y me precipito sin quererlo al despeñadero de pobredumbre y creo no comprender nada, y me veo inmiscuída en una maraña impenetrable, en donde no hay cabida para los nuevos descubrimientos, donde no existe nada más que la decadencia progresiva y la espera interminable de que de una vez por todas se autoaniquile este letargo de mierda, este adormecimiento sofocante. ¡Necesito existir! ¡Necesito tener el sentimimiento palpitante que alguna vez tuve! Vivo suspendida en esa espera atroz. Ingenuamente aguardo a que mi estado de somnolencia mental se autoflagele, pero ¿es eso posible? ¡patrañas! ¡esperanzas fallidas de quien espera perdido entre lapsos de sueños sin destino! Sueño, sueño, divago y auqneu me enferma y destroza , no termino jamás de girar en torno al mismo dilema. Palabras repetidas, sensaciones repetidas. Estoy hastiada de repetirme el plato una y otra vez. Estaba pensando en lo insólito de... Y, en todo caso, ¿hay algo que me estremezca de tal modo que me haga llamarlo insólito, inusual? ¡Nada me mueve! ¡Nada me destroza de sentimiento desbordado! ¡No hay cabida para los hallazgos que cataclismen mi acostumbrada y podrida solidez mental de mierda! Lo único que me destroza, que me asfixia hasta enfermar es mi inepta autocompasión, pero es precisamente ésta la que me sume en aquel aturdimiento letárgico, que me mantiene estática, atada a las cuerdas oxidadas de la vida sin rumbo, sin sobresaltos, maquinizada a tal punto que llego a ser una pieza más entre las masas uniformes que desean lo mismo, piensan lo mismo, hacen lo mismo ¡esperan lo mismo! Y continúo sumiéndome en la inercia letal. Muero lentamente... y no hago nada por impedirlo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario