sábado, 26 de diciembre de 2009

La vida humana es algo que nos concierne a todos aquellos que deambulamos por la tierra y ¿haciendo qué? He ahí el meollo de toda esta parafernalia llamada vida. Cada persona le da un enfoque individual y “único” dentro de la universalidad que se propaga en todos los humanos, pues a pesar de la existencia de diversas realidades de vida, existen ciertos patrones que son repetitivos y, más aún, que son parte infalible del mejunje humano, algo propio y básico de lo cual nacen todas las posteriores variaciones. A esto quizá podríamos llamarlo “naturaleza humana”, que pasaría a ser un conjunto de patrones de índole mental y biológica estandarizados y “universales”.
Pues bien, el objetivo que buscan estas páginas tiene por cometido, entonces, centrarnos en algunas de las diversas variaciones que toman algunas realidades humanas (las más generalizadas, por supuesto) en su insaciable búsqueda de sentido y placer, aunque principalmente este último, dado que si este “placer” tiene un enfoque positivo puede engendrar alguna especie de sentido. No podríamos decir que un ser humano es “feliz” si no tiene sentido, pues el absurdo inmola cualquier clase de pretensión al bienestar deseado. ¿Alguien que no sabe qué dirección seguir ni qué buscar se siente tranquilo y satisfecho viendo cómo todos los demás llegan a la cima y él pasa a ser la bazofia de la sociedad? Lamentablemente (o afortunadamente ¿?) el ser humano, por naturaleza, tiene un arraigado sentido de búsqueda de un estado más elevado (ambición), el cual puede ir enfocado a cosas básicas como lo son el confort material y de supervivencia: “se vive para comer”; o también a los menesteres de más trascendencia, como lo son la creación y la perfección a nivel mental e interior: “se come para vivir”. La primera búsqueda corresponde a las masas; y la segunda, a las minorías.
Toda esta aglomeración de pensamientos irá determinado tan sólo por el enfoque mental propio de su autor (en este caso, yo) y su visión de vida. Claro está que no se trata de inculcar una verdad absoluta, sino más bien es un intento de dilucidar algunos aspectos del "sentido de la vida", con respecto a lo cual postulo a que el objetivo universal de la vida humana está dirigido al placer/felicidad, dentro de lo cual, dependiendo de diversos factores, comienzan a variar su enfoque, es decir, el objetivo es universal, y el sentido es individual, pues cada ser humano forma o deforma su realidad como estime necesario para alcanzar sus fines de “felicidad”, la cual en realidad es un fin “utópico”, pues jamás llega a alcanzarse realmente, y por lo mismo el ser humano busca insaciablemente llegar a una cima imaginaria. Las personas sólo podemos aspirar a las efímeras alegrías que nos otorga el proceso de búsqueda, mas no así la soñada felicidad absoluta e inmutable. Pero como en esta vida no sólo hay momentos de austera y sólida prosperidad, también hablaremos de la sórdida decadencia humana, nacida de todos aquellos fracasos y caídas a lo largo del sendero de aprendizaje y exploración. De hecho, creo que este aspecto tendrá una relevancia especial al interior del texto, pues son precisamente aquellos aspectos negativos los que hay que regularizar para poder tener una vida más llevadera.


(Fragmento de la introducción del mini proyecto con el infeliz de Víctor. Obviamente esto está un tanto -o bastante- desordenado y desestructurado,.. pero en fin, eso es lo que ha cagado mi cabeza hasta el momento jajaja)

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